lunes, 6 de septiembre de 2010

Crónica de un mal lunes

Tuve una conversación aburrida.

—así que lunes, nuevamente
—exacto
—y…
—¿y qué?, ¿te jodé?
—no, no. Sólo digo
—…
—bah, no sé. Es que tu cara…
—¿y ahora qué tiene mi cara?
—no, nada.
—pero qué al pedo que estás, che. Si tengo cara porque tengo cara, si no tengo cara porque no tengo cara. Por qué no te leés un libro de caza y pesca de termitas, y te dejás de hinchar un toque.
—… decime, ¿la extrañás?
—¿eh? No. Si estamos hablando de lo que yo creo, no.
—… ¿seguro?
—evidentemente no vas a parar. Y sí, seguro que no. Hay cosas y cosas, pero ya está, y para bien te digo, eh.
—… y entonces, ¿por qué esa cara?

Habrán sido unos cuarenta minutos de lo mismo y lo mismo y lo mismo. Hubiera sido más fácil si le decía que sí.

Joan

2 comentarios:

  1. que onda aca ?
    me meti a chequear las vibras y me cree una cuenta, asi que nos cruzaremos en las altas olas de la eterna web !

    ResponderEliminar
  2. los preguntones a veces son preguntontos.

    ResponderEliminar